El Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (Inabie) identificó más de 1,600 niños en un levantamiento realizado a 17 escuelas públicas ubicadas en el Gran Santo Domingo, que su escolaridad se vio afectada con la pérdida de la utilería, a consecuencia de las lluvias del pasado día 18.
El director del Inabie, Víctor Castro, informó que por el momento este es el número de damnificados que manejan, aunque es la primera parte de los estudios que están realizando en todo el país.
“Son 17 centros en el Gran Santo Domingo en los que ya se hizo el levantamiento y hoy están siendo entregados en El Tamarindo, en La Zurza y otros sectores”, refirió Castro al ser cuestionado sobre un reportaje y un editorial publicado ayer por este diario, en el que se exponía la queja de decenas de familias que sus hijos se ausentaron de las clases durante toda la semana pasada, tras haber perdido útiles y uniformes.
El Tamarindo es uno los sectores que el Listín expuso ayer, que Castro señaló que ya se encontraba siendo abastecido y agregó que uno de los motivos por los que se dificulta y retrasa la repartición a los niños, es porque, además de los levantamientos de lugar, hay que segmentar entre sexo, edades, tallas y otros datos.
El pasado domingo, el funcionario indicó que empezaron a ser entregados unos 200 paquetes con uniformes, cuadernos, mochilas, lápices, borras, cartabones, y otros instrumentos requeridos como básicos para el desarrollo de una escolaridad exitosa.
Asimismo, Castro afirmó que se está dotando de tabletas a algunos niños del mismo grupo perjudicado; no a todos porque los aparatos no serían suficientes.
El funcionario reiteró que Inabie cuenta con suficiente material para responder a las vicisitudes vigentes, a lo que señaló que no es la población completa, sino solo sectores específicos.
Almuerzos de calidad
El Inabie comunicó ayer que el reforzamiento de su sistema de vigilancia ha permitido que en sus dos años de gestión se hayan realizado más de 40,000 supervisiones, inspecciones y análisis de laboratorio.
«Determinamos que para garantizar la calidad y el fiel cumplimiento de nuestros lineamientos y reducir al mínimo las incidencias con el alimento escolar debíamos estar más presentes, más vigilantes de cada fase del Programa de Alimentación Escolar», explicó el director, quien señaló que anteriormente era común ver los titulares acaparados por niños intoxicados y comida en mal estado en las escuelas públicas, pero que durante el último año eso no ha acontecido.
Según refirió, a la fecha se han realizado más de 35,500 supervisiones en centros educativos, que han permitido mantener la calidad de la alimentación, ya que el equipo, ahora identificado con chalecos con un código que lleva a su información, diariamente realiza visitas a los suplidores y a los centros para asegurar la calidad de los ingredientes y del producto final.
Las cosas por el supuesto mal sabor de los platos que han puesto en diversas escuelas, Castro se la atribuyó a la cocina baja en grasa, azúcar y nula en sazones procesados que están llamados a brindar los contratistas a los que los consumidores finales, los estudiantes, no están acostumbrados, por lo que dijo que era normal que en principio pudiese no parecerles apetitosa.
“Estamos brindando un almuerzo rico en nutrientes, porque nuestro deber es alimentar al niño, no producirle obesidad. Yo puedo asegurar que esos niños comen mejor en la escuela que en sus casas”, afirmó Castro.